En mi último artículo te contaba cómo es de importante escribir relatos, aunque lo que quieras es escribir novelas.
Una de las razones es porque los relatos te permiten practicar las técnicas narrativas con la posibilidad de tener la historia acabada y poder comprobar cómo lo has hecho mucho antes.
Cuantos más relatos escribas, más variaciones y experimentos podrás hacer con las técnicas narrativas.
Está claro que el relato no es una novela y que, por ejemplo, no podrás desarrollar tanto los personajes o mezclar tramas, pero es un buen punto de partida para practicar.
Técnicas narrativas que practicas con los relatos
Descripciones
Seleccionar es muy importante para escribir. Y en un relato tienes que ser capaz de seleccionar mucho y bien. No solo lo que cuentas sino cómo lo cuentas.
Buscarás la forma más eficaz de realizar descripciones, porque en los relatos tendemos a la economía de palabras. Y es un buen ejercicio que te impongas un límite en la extensión para obligarte a ser selectiva y poder contar la historia con pocas palabras.
Escribir muchos relatos te permite practicar con descripciones de todo tipo, en cualquier género, con personajes y paisajes variados… Para aprender a describir, escribe relatos.
Diálogos
Los diálogos quizás no parecen lo más importante del relato, pero son necesarios en muchas historias. Proporcionan información, caracterizan al personaje, hacen avanzar la historia, crean conflictos…
Deberás cuidar la extensión y el peso de los diálogo en el relato. Tendrás que seleccionar qué diálogos muestras y cuáles no, y medir bien las palabras de los personajes para hacerlo breve y efectivo.
En resumen, los diálogos tienen que estar muy bien calibrados en los relatos.
Causa efecto
Tanto en un relato como en una novela, en cualquier historia que explicas, tiene que haber una relación de causa efecto para que los eventos se encadenen y conduzcan hasta el final.
Todo ocurre por alguna razón (causa).
Todo lo que pasa tiene consecuencias (efecto).
Al no haber tramas mezcladas, ni conflictos secundarios, el relato permite trabajar la relación causa efecto de una forma más sencilla y directa.
El ritmo, tono y estilo
En una novela el tono y el estilo deben ser uniformes. El ritmo puede variar incluso dentro de una misma escena.
Los relatos son un banco de pruebas ideal para que descubras con qué tono y estilo te sientes más cómoda; tendrás que mantenerlos lo que dura el relato y puedes cambiar en el siguiente relato. Lo bueno de escribir relatos es que con cada uno empezamos de nuevo.
Además, en cada relato tendrás varias oportunidades para jugar con el ritmo de la narración. Los cambios de ritmo se consiguen con el tipo de frases que escribes, con la cantidad de verbos, con la longitud de las palabras…
Sobre todos estos temas, y muchos más habla mi Curso de Relatos, él encontrás técnicas narrativas y propuestas para que escribas relatos con la finalidad de aprender.
El conflicto
Siempre tiene que haber un conflicto, todos tus relatos deberán incluir uno.
Para que tu personaje supere el conflicto (o no), deberá dar una serie de pasos (acción-reacción) y podrás trabajar la construcción del conflicto en cada uno de tus relatos.
Si no controlas los conflictos que pueden explicarse en dos páginas no podrás después poder escribir conflictos que sostengan una novela.
Estructura
Aunque las novelas son mucho más complejas estructuralmente los relatos te permiten practicar la estructura clásica y experimentar con variaciones.
Es habitual que los relatos sean historias explicadas de forma cronológica que funcionan por la causa efecto que explicaba en el punto anterior.
El relato es ideal para que aprendas a introducir la historia, a desarrollarla y, por último, a cerrarla.
Cuando sepas hacer esto de forma cronológica, puedes empezar a jugar con la estructura y cambiar el orden en el que explicas los acontecimientos para jugar con la tensión y la emoción del lector.
Prueba a empezar por el final, o por la mitad de la historia y engaña al lector haciéndole creer que le cuentas el final.
Detonante
El detonante en un relato es súper importante. Tendrás que ser hábil para describir la situación inicial del personaje y la aparición del conflicto. Lo ideal es que la introducción no ocupe más del 25% del relato.
El segundo acto
Muchas de las novelas y guiones que he leído como analista, presentan problemas en el segundo acto. Suelen tener largas presentaciones para acabar desembocando en el desenlace demasiado pronto. Apenas hay segundo acto.
Es en el segundo acto en el que se desarrolla la acción del relato o de la novela. Y tiene que estar movido, cómo no, por la relación causa-efecto.
El segundo acto es en el que cuentas la aventura de tu personaje y es importantísimo para que el desenlace, y la resolución del conflicto, causen el efecto apropiado en tu público.
Escribir muchas historias, todo tipo de historias, te permite comprobar que en el segundo acto es donde pasa la historia, lo interesante. Y lo difícil de escribir. Pero podrás practicar con todo tipo de historias, conflictos y personajes.
Resolución y desenlace
El final en un relato es muy importante.
Solemos esperar que nos sorprendan (puntos de giro final) o que sean acordes al tema (en el caso de cuentos infantiles, los finales tienen moraleja).
Para mejorar tu forma de escribir desenlaces, o de encontrar desenlaces, puedes jugar con un mismo relato y distintos finales. O explicarlo de forma diferente para ver qué tiene más efecto.
De nuevo, el relato es un banco de pruebas para que cambies elementos y lo escribas de nuevo buscando efectos diferentes.
Saber dónde terminar una historia es tan importante como saber cómo se resuelve el conflicto. El desenlace y la resolución son momentos diferentes. Hay que saber salir a tiempo después de resolver el conflicto.
Puntos de giro
Es cierto que el relato al ser corto no permite demasiados, pero siempre debes usar alguno, ni que sea en el desenlace.
Con los relatos puedes aprender cómo sorprender y llevar la historia a un escenario que el lector no había previsto.
Una prueba que puedes hacer con un relato es cambiar un punto de giro y , por lo tanto, la historia a partir de ese momento. Puede que cambie todo hasta el final.
Hacer este tipo de pruebas te ayudará para entender cómo funcionan e influyen todos estos elementos.
No hay nada mejor que la práctica para manejar cualquier herramienta. Escribir no es una herramienta peligrosa, así que puedes practicar en casa sin miedo a hacerte daño.
Cuidado, porque llega un momento en el que por ti mismo es muy difícil seguir mejorando, necesitarás personas que te lean, que sean capaces de explicarte en qué te equivocas o cómo mejorar. Y estudiar. Dar cursos de escritura te ayudará a poder obtener más rendimiento de las herramientas que usas. Todos sabemos usar una hoja de cálculo, pero ¿obtenemos el máximo provecho? Un buen día en el trabajo te obligan a hacer un curso de excel y te das cuenta de que no, que todavía te quedaba mucho por aprender, que había una parte que no la estabas aprovechando. Pues en la escritura es lo mismo, aunque ya escribas y lo hagas bien, no dejes de formarte, siempre descubres algo nuevo que puede suponer una mejora en tu forma de escribir.
Si te apetece hacer un curso de relatos con el que mejorar tus técnicas y crear el hábito, echa un vistazo a mi Curso 60 días de cuento.
muy interesantes tus lineas. sigo en aprendiz contigo. saludos desde Yucatán,México.
Hola Clara, me parece interesante el curso de relatos, pero ahora no puedo tomarlo ¿Cuándo se abrirá el siguiente? Gracias
Hola, Andrés
Este curso siempre está abierto, puedes empezar cuando quieras. Los 60 días empiezan a contar desde que te apuntas. Recuerda que, aunque las lecciones se lanzan durante 60 días, cuando termine este plazo, podrás seguir teniendo acceso a ellas sin ningún tipo de caducidad ni límite. Tienes el tiempo que quieras para hacer el curso. Y si quieres que lea y comente uno de tus relatos, puedes comprar la revisión en el momento de hacer la matrícula.
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